Fr Ambroise Tine, the Secretary General of Caritas Senegal, represented Caritas Internationalis at a United Nations summit on poverty in September 2010 in New York.

Credits: Antoine Soubrier/Caritas

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODMs) son una serie de objetivos anti-pobreza acordados por los gobiernos en el año 2000. "La globalización de la solidaridad mediante el logro rápido de los ODMs establecidos por la Declaración del Milenio es una obligación moral fundamental de la comunidad internacional", dijo Mons. Celestino Migiliore, entonces Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en 2008.

El P. Ambroise Tine, Secretario General de Caritas Senegal, representó a Caritas Internationalis en una cumbre de la ONU sobre pobreza realizada en septiembre de 2010 en Nueva York.

Cuando fui a la ONU representando a Caritas Internationalis, tenía tres minutos para comunicar lo que estaba en mi mente y en mi corazón. Mi anhelo era ser la voz de los pobres, de aquellos que no están recibiendo educación o que no tienen oportunidades en la vida; aquellos que no tienen acceso a la atención médica y aquellos niños que no vivirán por la cruel lotería de su origen.

Yo esperaba que mis tres minutos movieran algo en los corazones de la gente que me escuchaba en la ONU y que esto motivaría a los países a reafirmar sus promesas para con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Era la primera vez que yo estaba en Nueva York. Yo vivo en Dakar, Senegal, pero voy con frecuencia a Europa. Fue increíble ver los rascacielos, las calles limpias y el agitado ritmo de vida; pero también me impresionó ver a gente hurgando en los cubos de basura, buscando comida, en una ciudad tan rica.

Como le dije a la ONU, la pobreza no es abstracta. Se puede ver en los rostros de millones de seres humanos que la viven a diario, especialmente mujeres y niños. El sufrimiento es mundial.

Caritas trabaja todos los días con esta pobreza. Sin embargo, el verdadero poder para combatirla yace en la política del gobierno. Mi discurso en la ONU fue un ejemplo de la incidencia internacional de Caritas. Sí, distribuimos comida y damos albergue, educación y muchas otras cosas a comunidades pobres, pero sabemos que es esencial que haya un cambio de pensamiento en los países ricos para poder "hacer de la pobreza historia".

Yo aproveché mi tiempo en la ONU para reunirme con personas de otras ONG, con los medios y también con representantes de gobierno. Les transmití el mensaje de los millones que no tienen voz, como la gente en mi país que sufre porque no puede cubrir sus necesidades básicas; como comida y agua, salud y educación.

Otros tres ponentes de organizaciones miembros de Caritas estuvieron conmigo en la ONU. Ellos defendieron el derecho universal a los alimentos, al agua, la salud, la educación y la libertad. Mi guía durante ese día fue Joseph Cornelius Donnelly. Él es el representante de Caritas ante la ONU y se asegura de que la voz de Caritas a nombre de los pobres sea escuchada en los procesos de la ONU.

Yo creo que los ODMs han hecho alguna diferencia en la vida de los pobres en Senegal. En áreas rurales, muchos niños de entre 6 y 7 años ahora tienen la oportunidad de ir a la escuela. Sin embargo, todavía no hay normas adecuadas - ¡algunas aulas tienen 70 alumnos! Tenemos que tener cuidado de que los gobiernos no se limiten a hacer falsas promesas en relación con los ODMs, sin detenerse a pensar si realmente están ayudando a la gente y dándole un futuro.

Al finalizar mi día en la ONU, tuve una sensación de fracaso, porque era difícil ver el impacto que habían tenido nuestros discursos. No obstante, estaba convencido de que sucedería algo positivo. Mientras la sociedad civil haga que los gobiernos sean conscientes de sus responsabilidades, los gobiernos demostrarán su humanidad y velarán por los pobres.

Pero yo sigo teniendo mis dudas. Meses después de mi viaje a la ONU, veo países, como Libia y Costa de Marfil, en donde hay conflicto y pareciera que los intereses económicos son más importantes que los derechos humanos. A veces, la comunidad internacional se mueve con la ola económica en vez de con la de los pobres. Caritas seguirá trabajando para asegurar que las voces de los pobres no sean anegadas cuando la comunidad internacional se distraiga por otras inquietudes.